Parece que las personas tienen problemas a menudo para convivir unas con otras. Las familias discuten, los vecinos llegan a las manos, los países se lanzan bombas los unos a los otros. ¿Es así cómo tiene que ser?
Los antropólogos, los sociólogos, los psicólogos y otros dicen que sí.
Al haber observado una larga historia del comportamiento pendenciero del hombre, afirman que el hombre tiene instintos animales o que es antisocial y violento por su propia naturaleza.
En realidad, el hombre es más bien pacífico. Pero se le puede conducir, individual y colectivamente, hacia el odio y la violencia.
Al investigar las causas de la violencia, L. Ronald Hubbard descubrió una ley natural y fundamental en las relaciones humanas que explica por qué los conflictos entre la gente son tan a menudo difíciles de remediar. Y nos facilitó una herramienta de un valor inmenso que nos da la posibilidad de resolver cualquier conflicto, ya sea entre vecinos, compañeros de trabajo o incluso entre países.
En este capítulo descubrirás cómo ayudar a los demás a resolver sus diferencias y restablecer unas relaciones pacíficas. La paz y la armonía entre los hombres puede ser algo más que sólo un sueño. La aplicación generalizada de esta ley hará que sea una realidad.